Con el paso de los años, aumenta nuestra vulnerabilidad a enfermedades graves y crónicas. La clave para prevenir esto desde el principio es realizar exámenes de detección y diagnóstico temprano que nos permitan detectar y tratar las enfermedades a tiempo de manera precisa y efectiva. Si tienes 65 años o más, hay una serie de pruebas de rutina que puedes realizar para mantener un control sobre tu salud.
A medida que envejecemos, nuestros sistemas corporales se debilitan y pierden eficiencia. A veces, los signos de envejecimiento son evidentes, como la aparición de cabello gris, arrugas en la piel y la necesidad de gafas para leer. Otras veces, los cambios son más sutiles y afectan la función de órganos como el corazón, los pulmones y el hígado, así como la densidad ósea y la flexibilidad de los vasos sanguíneos. Todos estos factores aumentan el riesgo de enfermedades e infecciones en comparación con otros grupos de edad.
Antes, el aumento del riesgo de enfermedades e infecciones se consideraba algo inevitable para los adultos mayores, pero hoy en día, en el mundo tecnológico en el que vivimos, podemos prevenir y reducir el impacto de estas enfermedades en la vejez. El primer paso es comprender la importancia de la detección temprana de enfermedades graves y crónicas, ya que el tratamiento precoz puede aumentar significativamente las tasas de curación y recuperación.
¿Qué pruebas de rutina se recomiendan realizar cada año o cada dos años a partir de los 65 años?
- Presión arterial alta
La hipertensión arterial, si no se trata durante años, puede provocar una amplia gama de problemas de salud, incluyendo enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, deterioro de la visión, daño renal, entre otros. Se recomienda medir la presión arterial cada año o cada dos años para personas de 65 años en adelante.
- Colesterol y lípidos en sangre
Un alto nivel de colesterol también es un riesgo para la salud y puede causar enfermedades graves como aterosclerosis, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Se recomienda monitorear el perfil lipídico cada 5 años a partir de los 65 años para aquellos que no han sido diagnosticados con hipercolesterolemia.
- Diabetes
La diabetes es una enfermedad compleja que puede causar una serie de complicaciones si no se trata, incluyendo enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, úlceras en las piernas, daño renal y pérdida de visión. Se recomienda una prueba de detección de diabetes cada 3 años para personas de entre 65 y 70 años con sobrepeso.
- Cáncer de colon
El cáncer de colon es uno de los cánceres más mortales y se vuelve más común con la edad. Se recomienda realizar pruebas de detección para personas de entre 74 y 50 años sin síntomas, incluyendo análisis de heces ocultas o colonoscopias.
- Cáncer de mama (mamografía)
La mamografía es la mejor forma de detectar el cáncer de mama en etapas tempranas. Se recomienda hacerse una mamografía cada dos años para mujeres de entre 74 y 50 años.
- Cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón es uno de los cánceres más mortales y es más común en personas mayores de 70 años. Se recomienda realizar una tomografía computarizada anual para fumadores y exfumadores de entre 80 y 50 años.
- Osteoporosis
La densitometría ósea es una prueba importante para detectar la osteoporosis, especialmente en mujeres durante la menopausia y en hombres mayores de 70 años. Se recomienda hacerse esta prueba cada cinco años a partir de los 65 años.
- Cáncer de cuello uterino
Se recomienda una prueba de Papanicolaou cada dos años para mujeres de entre 65 y 25 años para detectar el cáncer de cuello uterino.
En resumen, es importante realizar exámenes de rutina y detección temprana para prevenir enfermedades graves y mantener una buena calidad de vida en la vejez. Si tienes más de 65 años, habla con tu médico de familia sobre qué pruebas son adecuadas para ti.
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